H
ace mucho tiempo, tanto como para recordarlo; cuando las tierras estaban vacías, los volcanes, vientos y océanos no existían. No había seres, vida, ruido. Cuando todo, de la nada, a lo lejos, explotó. Con este colosal estruendo, la vida y el caos surgió. Miles de trozos surcaron los oscuros más allá. Rocas gigantes impactaron elevando las aguas, otras se estrellaron con tal fuerza, que las montañas, cerros y mesetas fueron creados.
Hubo partes cuyo choque se dio en las antes caídas rocas, del golpe se crearon las cuevas y pozos. Del interior, en lo más profundo de la explosión, estelas de vida se esparcieron sobre los dioses cuya labor era el de crear y distribuir por toda la extensión terrenal, acuática o aérea a más deidades y criaturas. Cuando en la caída, la estela y ceniza se mezclaron, surgió una magia tan pura y poderosa. De las cenizas de la detonación crecieron las flores, bosques, algas y frutos...
Deymon Shirou
Administrador